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El nuevo sistema de Formación Profesional español, referente para los países de nuestro entorno

01/05/2024

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  • Consejería de Educación
Clara Sanz

Clara Sanz, Secretaria General de Formación Profesional del MEFPD

El capital humano se ha convertido en un valor esencial para mantener y mejorar la capacidad económica y productiva de los países. La digitalización, el desarrollo de las nuevas tecnologías y la transición energética hacia una economía libre de carbono están transformando el mundo en el que vivimos. Y en ese proceso, hemos de ser capaces de garantizar la cualificación y recualificación de los trabajadores a lo largo de su vida laboral. Este avance hacia nuevas formas de hacer y de pensar nos conduce irremediablemente a cuestionar los modelos de formación y a redirigir la mirada a un futuro inmediato que requiere de formaciones más modernas, cortas y adaptadas a los cambios socioeconómicos. La revolución digital es la revolución de las competencias y de que seamos capaces de formar a nuestros profesionales en los perfiles que demanda la nueva economía, dependerá nuestro futuro. De ahí que la formación se haya convertido en protagonista de las políticas de los gobiernos.

El diagnóstico realizado por el Gobierno de España, hace algo más de cinco años, nos llevó a diseñar el mayor proceso de modernización de la formación profesional de la historia del país. Teníamos que ser capaces de aprovechar el poder transformador del aprendizaje permanente para hacer frente a los desafíos que teníamos por delante y a los que estaban por llegar. El compromiso fue firme y con él, gestamos la estrategia y pusimos sobre la mesa los fondos necesarios para hacer realidad la gran renovación. La España digital, moderna, ecológica, del emprendimiento y la innovación se articula en torno a una nueva formación profesional flexible, enérgica, permanentemente actualizada, diseñada a la medida de los nuevos escenarios, y dirigida a todos los ciudadanos en cualquier momento de sus vidas.

Con la aprobación de la Ley Orgánica de Ordenación e Integración de la Formación Profesional y el Plan de Modernización de la Formación Profesional puesto en marcha en 2020, hicimos realidad el cambio del sistema. Una apuesta de país impulsada por el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes que ha contado con la colaboración y el consenso de todos los agentes implicados en esta materia. La colaboración público-privada ha sido una de las principales claves del éxito de un modelo que ya es señalado como referente por la Comisión Europea o instituciones como la propia Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Un sistema moderno ha de atender a aquellos que han aprendido a través del desempeño de su trabajo. Es el caso de casi la mitad de la población activa española, que ha adquirido sus competencias profesionales a base de ejercer su profesión, pero no puede acreditarlas. Una anomalía que hasta ahora presentaba nuestro país y que fragilizaba a estas personas y al “mapa de talento” de sus empresas. El sistema de formación profesional, al fin, acredita las competencias profesionales acumuladas a lo largo de la experiencia laboral, de modo que cada trabajador pueda disponer de un Informe Formativo-Profesional que reconozca sus competencias profesionales, cualquiera que sea su forma de adquirirlas.

El nuevo modelo de FP español conecta la formación con la realidad laboral y, por extensión, con el empleo, y potencia la corresponsabilidad de las empresas en una formación profesional de la máxima calidad. A partir del próximo curso, se hará efectiva la plena implantación de la Ley de Formación Profesional, cuya memoria económica ronda los 5.500 millones de euros. El alumnado se formará en el centro y en la empresa desde el primer año del ciclo formativo. Hemos diseñado una Formación Profesional dual a la medida del tejido productivo español con dos intensidades: general e intensiva, en función del tiempo y de los aprendizajes que el estudiante reciba en ambos entornos.

Además, el nuevo sistema ofrece un amplio abanico de formaciones que discurren a lo largo de una estructura de cinco grados, desde las más pequeñas de apenas 50 horas, hasta las de mayor duración como son los títulos y cursos de especialización, superando así las 9.000 ofertas formativas. En los últimos años hemos renovado la oferta y creado hasta cerca de 40 nuevos títulos ligados a sectores emergentes como Big Data, inteligencia artificial, ciberseguridad, vehículos eléctricos o fabricación 3D, entre otros.

Por su parte, los centros de Formación Profesional están transformando las aulas en espacios de innovación y también de emprendimiento, convirtiéndose en auténticos tractores de talento para las empresas de su entorno, además de impulsores de la internacionalización y del intercambio con otros países de profesorado, alumnado y buenas prácticas. Diseñaremos una estrategia de orientación profesional a lo largo de la vida, capaz de acompañar a las personas en su trayectoria vital.

En paralelo a esta transformación, el número de jóvenes que han optado por la formación profesional en España ha aumentado en un 20% desde 2018, alcanzando en el curso actual el hito histórico de un millón doscientos mil estudiantes matriculados. El avance es innegable y la demanda de jóvenes que eligen esta vía formativa sigue en aumento. En definitiva, la Formación Profesional es ya una opción de éxito personal y profesional; un camino de oportunidades que atiende los requerimientos de una sociedad versátil y alejada del estatismo, desde la equidad, el progreso y el desarrollo del conocimiento.

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