La diversidad social y cultural en la sociedad española se refleja en los centros educativos y es necesario considerarla para fortalecer la convivencia y la inclusión educativa.
La preocupación por la convivencia intercultural en el ámbito educativo ya estaba expuesta en el conocido como Informe Delors
donde se planteaba cómo aprender a vivir juntos en la «aldea planetaria» si no podemos vivir en las comunidades a las que pertenecemos por naturaleza: la nación, la región, la ciudad, el pueblo, la vecindad. En este documento, como respuesta a las tensiones que constituirían la problemática general del nuevo siglo, se apuntan los pilares en que debería basarse la educación como: aprender a vivir juntos, desarrollando la comprensión del otro y la percepción de las formas de interdependencia; realizar proyectos comunes y prepararse para tratar los conflictos-, respetando los valores de pluralismo, comprensión mutua y paz.
El último Informe de UNESCO sobre los retos de la educación de 2021, «Reimaginar juntos nuestros futuros. Un nuevo contrato social para la educación»
, señala, entre otras propuestas para renovar la educación, que las escuelas deberían ser lugares educativos protegidos porque promueven la inclusión, la equidad y el bienestar individual y colectivo, y que deben ser espacios que reúnan a grupos diversos de personas a los que se les ofrece desafíos y oportunidades que no existen en ninguna otra parte.
La LOMLOE se ajusta a las nuevas circunstancias sociales y actualiza los marcos internacionales en los que se sustenta, como son la Agenda 2030, la importancia de la educación para la ciudadanía mundial y la educación intercultural en entornos multiculturales y cambiantes. La no discriminación por cualquier condición, incluido el origen racial o étnico aparece en gran parte del articulado, siendo uno de los principios fundamentales del sistema educativo que sustentan, entre otros valores, la convivencia, la solución pacífica de conflictos y la ciudadanía democrática. Asimismo, en la organización de las enseñanzas de las distintas etapas se hace hincapié en el aprendizaje a lo largo de la vida, en la formación integral y en la preparación para el ejercicio de los derechos humanos y de una ciudadanía activa, a través del conocimiento y respeto de las diferentes culturas y las diferencias entre las personas, la tolerancia y el diálogo con los que se afianzan los derechos humanos como valores comunes de una sociedad plural.